23 de abril, 2017 / El Mercurio de Valparaíso
NIÑOS CHILENOS OBTIENEN LA MITAD DE SU ENERGÍA DE PATRÓN ALIMENTARIO DIRECTAMENTE ASOCIADO A LA OBESIDAD
Calificada como la pandemia del siglo XXI, la obesidad y el sobrepeso van ganando terreno, posicionándose como una pesada carga de los países en desarrollo. Así lo señala en su sitio web la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO (por sus inciales en inglés).
Calificada como la pandemia del siglo XXI, la obesidad y el sobrepeso van ganando terreno, posicionándose como una pesada carga de los países en desarrollo. Así lo señala en su sitio web la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO (por sus inciales en inglés).
En su último informe sobre nutrición, el organismo internacional fue categórico al revelar que el 63% de la población chilena sufre de sobrepeso, la tasa más elevada entre los países de Sudamérica y la tercera de Latinoamérica y el Caribe, sólo superada por México (64%) y Bahamas (69%).
El poco auspicioso escenario lo explica un estudio de la primera nutricionista con grado de doctor de la Región de Valparaíso, Catalina González, académica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso, quien recientemente obtuvo su doctorado en Salud Pública con distinción.
PATRONES ALIMENTARIOS
La académica abordó en su tesis de grado los patrones alimentarios asociados a obesidad y adiposidad infantil. De este estudio salieron resultados relevantes sobre el estilo de alimentación de la población infantil chilena.
“La población infantil chilena consume dos patrones alimentarios: uno de tipo occidental y otro de tipo mixto. El patrón occidental es consumido por el 65% de la población infantil, en forma transversal en los niveles socioeconómicos medios y bajos, en todas las zonas del país, tanto del área urbana como rural. Los niños y adolescentes que consumen este patrón obtienen el mayor aporte de energía (50% de la energía) del consumo de pan, bebidas azucaradas, lácteos azucarados y otros alimentos ricos en azúcar añadida. Por lo tanto es una alimentación no saludable. Los hallazgos de este estudio muestran que la población infantil expuesta (que consume este patrón occidental) tiene un mayor riesgo de presentar obesidad y adiposidad abdominal”, sostiene.
La académica agrega que el segundo patrón consumido por el 35% de la población infantil es de tipo mixto, en que el 35% de la energía se obtiene también de los mismos alimentos (pan, bebidas azucaradas, lácteos azucarados y otros alimentos ricos en azúcar), pero además aporta abundantes alimentos fuente ricos en fibra, ya que el 20% de la energía la obtienen de frutas, verduras y cereales.
“Por lo tanto este patrón mixto es un poco más saludable, ya que cuenta con el factor beneficioso para la salud dado por la fibra dietaria. Este patrón no se asocia a obesidad, pero es consumido sólo por la población infantil de los niveles socioeconómicos más altos”.
ALIMENTOS ULTRA PROCESADOS
La nutricionista explica que en ambos patrones alimentarios la población infantil consume casi el 20% de la energía a través de bebidas azucaradas y lácteos azucarados. La ingesta de estos alimentos con azúcares añadidos supera notoriamente la recomendación del 10% de la energía diaria total.
“Los alimentos líquidos azucarados contribuyen como fuente del 50% de los azúcares añadidos que está consumiendo la población infantil chilena. La diferencia radica en que los consumidores del patrón occidental obtienen los azúcares refinados añadidos a través de bebidas azucaradas, mientras que los niños y adolescentes que consumen el patrón mixto ingieren los azúcares refinados añadidos a través de productos lácteos azucarados”.
La doctora González afirma que la población infantil chilena en edad escolar y los adolescentes consumen una elevada combinación de alimentos ultra procesados, ricos en azúcares refinados añadidos (y principalmente bebidas azucaradas y lácteos azucarados) que se relaciona con la epidemia de obesidad y adiposidad abdominal, y que en el largo plazo tendrá efectos dañinos en la salud de esta población cuando llegue a la edad adulta.
La doctora reconoce que no le sorprenden las cifras entregadas por la FAO.
“Es esperable. Y hay una tremenda contradicción, porque por un lado se recomienda a la población que se alimente en forma sana, pero por otro lado la población chilena de todas las edades y estratos socioeconómicos está expuesta a una tremenda oferta, publicidad y disponibilidad de alimentos ultra procesados ricos en azúcares. Para donde vayas te ofrecen bebidas, comida rápida, etcétera. Basta con ir a un mall o al cine, donde se venden solo alimentos chatarra”.
ESTADÍSTICAS
De acuerdo a los datos de su investigación, la población entre 6 y 18 años de edad de ambos sexos con malnutrición por exceso en el país alcanza al 53.4% (sobrepeso, 26,9%; y obesidad, 26.5%).
Las patologías que eventualmente se podrían gatillar con estas cifras en los niños son: obesidad, resistencia a la insulina, síndrome metabólico. Y a futuro diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad coronaria e infarto al miocardio. Todas patologías crónicas.
Fuente: Mercurio de Valparaíso 24.04.2017