Emprende PF es una iniciativa de innovación abierta que tiene como objetivo convocar a emprendedores y pymes de la macrozona de O´Higgins, Maule y Ñuble. Como Consorcio IFAN es un privilegio poder apoyar a PF, que es un actor clave en nuestra gobernanza, en la difusión de una iniciativa que es una tremenda contribución al desarrollo regional y del sector alimentario.
Si eres un emprendedor(a) de esta macrozona y estás llevando a cabo o tienes en mente un desarrollo innovador para la industria alimentaria, Emprende PF es una oportunidad que no puedes dejar pasar.
En ella, se seleccionarán imparcialmente las mejores propuestas, y las 5 seleccionadas luego pasarán por un proceso donde recibirán mentoría y acompañamiento (bootcamp), que les permita pulir y potenciar su propuesta, y todo culminará en un Demo Day en el cual se seleccionará a los mejores, que recibirán apoyo por parte de PF, que puede tomar diferentes formas, dependiendo de la naturaleza de la propuesta.
Pon a prueba tu propuesta y postúlala antes del 17/09/2019 a las 12:00, en el siguiente link, donde también podrás hallar más información http://hubalimentos.cl/emprende-pf-home/.
Entre el 27 de agosto y 05 de septiembre se estarán realizando charlas informativas en diferentes ciudades de la macrozona. Puedes ver las fechas y las ciudades en el mismo link anterior. La iniciativa es realizada en conjunto con Hub Alimentos de la Universidad de Talca y cuenta con el apoyo de CORFO.
La Unidad de Tecnología Alimentaria del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ) trabaja en un proyecto que busca desarrollar una estrategia de revalorización del frijol en la dieta del mexicano. El objetivo general del proyecto consiste en incrementar el consumo de frijol común (Phaseolus vulgaris L.) como parte de la dieta tradicional mexicana, a través de su procesamiento integral y de su utilización como un ingrediente con importancia biológica y tecnológica.
En las últimas décadas, la población mexicana ha experimentado un incremento en los niveles de sobrepeso, obesidad y, como consecuencia, diabetes tipo-2. Esta tendencia obedece a factores como la urbanización, el sedentarismo y los cambios en estilos de vida que conllevan a disponer de menor tiempo para cocinar y promueven el consumo de alimentos procesados de fácil preparación. En este sentido, el consumo de frijol común, pese a ser parte de la dieta tradicional del mexicano, ha disminuido dramáticamente, debido principalmente a los largos tiempos de preparación y a la sensación de inflamación que provoca su consumo.
La hipótesis de este trabajo es que el frijol común (Phaseolus vulgaris L.) contiene componentes con potencial biológico que podrían modular marcadores relacionados con obesidad y diabetes tipo-2.
En este sentido, se propone crear una estrategia para la reincorporación de estos componentes bioactivos en la dieta en forma de ingredientes bio-funcionales y tecno-funcionales que puedan ser utilizados en formulaciones alimenticias con el fin de mejorar su perfil nutricional y adicionar compuestos bioactivos, sin afectar sus características sensoriales. La incorporación de ingredientes funcionales de frijol en el mediano plazo podría contribuir a disminuir marcadores de sobrepeso y obesidad en los consumidores, y detonar el desarrollo de la agroindustria del sistema-producto frijol.
Por otra parte, mediante el aprovechamiento integral de esta leguminosa se pretende sacar el mayor rendimiento a los compuestos fenólicos de la cascarilla, además de la proteína para generar los péptidos bioactivos, la fibra y la harina de frijol. Asimismo, mediante tecnologías de procesamiento como calentamiento óhmico, extrusión, presión, temperatura y extracción acuosa se generarán ingredientes listos para ser utilizados, y se disminuirán los componentes antinutricionales y aquellos que provocan inflamación.
En el largo plazo, se espera transferir la tecnología a empresas productoras de alimentos a gran escala que estén interesadas en la reformulación de sus alimentos incorporando ingredientes de frijol; lo anterior tendría impacto social y económico, pues podría tener efecto en los niveles de obesidad y, consecuentemente, de diabetes tipo-2 en los consumidores de estos ingredientes funcionales, disminuiría los costos asociados al tratamiento de estas enfermedades y, finalmente, consolidaría el sector agroindustrial del sistema-producto frijol.
Se tiene considerado un trámite de solicitud de patente, un prototipo de procesamiento integral del frijol para extraer ingredientes funcionales, un catálogo de productos y su aplicación de ingredientes de frijol en alimentos funcionales, así como participar en diversos foros para promover la difusión de los descubrimientos y de los prototipos desarrollados durante el proyecto en diferentes dependencias de gobierno y asociaciones beneficiadas.
En este grupo de trabajo participan investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign −la doctora Elvira de Mejía−, de la Universidad Autónoma de Querétaro −las doctoras Ma. Guadalupe Flavia Loarca-Piña y Marcela Gaytán Martínez−, así como investigadores de Tecnología Alimentaria del CIATEJ −el doctor Ignacio Orozco, la doctoras Eugenia Lugo, Norma Morales y el doctor Luis Mojica−, quien dirige este proyecto.
La meta científica de este grupo interdisciplinario de investigación es en el futuro lograr incluir a otras leguminosas como fuente de ingredientes funcionales y promover su aplicación en alimentos saludables, por medio de la creación de una base de datos con información relevante acerca de las aplicaciones potenciales, el efecto biológico, las características sensoriales y el potencial tecnológico en alimentos, con el fin que crear ingredientes saludables a partir de leguminosas que contribuyan a disminuir el riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo-2 en los consumidores.
Con un enfoque multidisciplinario que aborda el problema desde la perspectiva tecnológica y nutricional, este proyecto busca incrementar el consumo de frijol en la población mexicana por medio de una estrategia que involucra la industrialización integral de esta materia para generar ingredientes que puedan ser agregados en alimentos, incorporando de esta manera los componentes con actividad biológica presentes en el frijol
La existencia de una relación directa entre la dieta y la salud no es algo nuevo. Ya en la antigua China se conocía la importancia de cuidar la primera para mejorar la segunda y el griego Hipócrates, al que muchos consideran el padre de la medicina actual, hablaba hace más de dos siglos de los alimentos como un factor fundamental para mantenernos sanos. Sin embargo, en los últimos años viene observándose un renovado interés por la alimentación y su papel en el bienestar de las personas.
Los ciudadanos, cada vez más informados, escuchan las advertencias de los expertos que señalan que muchas de las enfermedades que más afectan a la sociedad —como el cáncer, la obesidad, la hipertensión y los trastornos cardiovasculares— están estrechamente relacionadas con los hábitos alimenticios. La salud es precisamente la principal motivación de los españoles a la hora de cambiar su dieta, según el estudio ‘La alimentación sostenible en España’, elaborado por la firma IPSOS para la Fundación Daniel y Nina Carasso.
Reflejo de esta creciente preocupación es que los consumidores ya no se limitan a mirar el precio o el tipo de producto que compran en los supermercados, sino que cada vez exigen una mayor calidad tanto en el proceso de fabricación como en los ingredientes que contienen. Una tendencia que ha repercutido en la industria alimentaria.
Consciente de su importante papel, el sector ha asumido su responsabilidad en el desarrollo de nuevos productos y la transformación de los más clásicos para que respondan a las necesidades y demandas de los consumidores. Es por eso que las estanterías albergan cada vez más alimentos adaptados a personas intolerantes (como los libres de lactosa o de gluten), con fórmulas vegetarianas o veganas y etiquetados como más ecológicos y sostenibles.
En este camino hacia lo saludable, la innovación y la tecnología se han convertido en las principales herramientas de las empresas del sector y una especialmente importante en casos como el de los superalimentos o los alimentos funcionales. Ambos son prueba de que los consumidores buscan no solo las versiones más sanas de los productos tradicionales, sino también aquellas con propiedades que suponen un plus de bienestar.
En este sentido, los alimentos funcionales —cualquiera, en forma natural o procesada, que contiene ingredientes favorecen la salud, capacidad física y estado mental de las personas— han evolucionado mucho en las últimas décadas. De incorporar las primeras fortificaciones con vitaminas y minerales, han pasado a incluir componentes como los ácidos grasos Omega 3 o los probióticos.
Más allá de su aporte nutricional, este tipo de sustancias contribuyen a prevenir enfermedades y al buen funcionamiento de piezas clave del organismo humano, como el sistema cardiovascular o el gastrointestinal.
La innovación y el desarrollo aplicados a la industria alimentaria permiten, además, impulsar mejoras en otros aspectos de la producción, como las tecnologías de congelación o los materiales utilizados para el envasado, con soluciones que garantizan la calidad de los alimentos y una mayor sostenibilidad.
Uno de los mejores ejemplos de adaptación a las demandas cambiantes de los consumidores es el del Grupo Dulcesol, que ha creado recientemente el Centro de Innovación en Nutrición y Salud. Este surge con el objetivo de situar en el centro a los consumidores, su preocupación por la salud y los cambios de hábitos de alimentación que viviremos en los próximos años.
El centro permitirá a la empresa adaptarse a las nuevas necesidades y a la demanda de productos cada vez más saludables, como aquellos con menor contenido de azúcar, grasas saturadas y sal. Además, trabajará para elaborar productos funcionales beneficiosos para la salud, con ingredientes como microalgas o probióticos.
Fruto de estos esfuerzos innovadores es la introducción de nuevos productos y marcas que suponen la entrada del grupo fabricante en nuevas categorías de productos de alimentación, cuyos perfiles, en algunos casos, encajan precisamente en el perfil de los considerados ecológicos o funcionales.
ntre las nuevas incorporaciones destacan Mi Menú BIO, un amplio abanico de productos (purés y bolsitas) destinados al consumo infantil, a base de frutas y verduras, diseñados para gustar a los niños y ofrecer la mayor confianza a los mayores. Sus recetas incluyen, por ejemplo, fórmulas con fruta sola o yogur en bolsitas para beber que invitan a los pequeños a servirse solos. Entre los purés, se puede optar por salados (de verduras con lubina, de pollo con arroz y verduras y de verduras con ternera) o dulces (con frutas con cereales o manzana, pera y plátano).
También han desarrollado la línea de productos Be Plus. Se trata de una variedad de ‘smoothies’ bioactivos ecológicos que brinda lo mejor de la despensa en un envase para tomar ‘on the go’. Presenta cuatro variedades a elegir: antioxidante, energizante, ‘detox’ y relajante que, además de ser ricas en frutas y verduras, contienen superalimentos, como el té verde matcha, la quinoa, el ginseng y el alga chlorella.
Con este nuevo centro, presentado el pasado mes de septiembre y enmarcado dentro del Plan estratégico de salud 2010- 2018 de la firma, el Grupo Dulcesol garantiza su compromiso con el bienestar de los consumidores y empleados. Además, esta institución aglutinará las diferentes iniciativas, relacionadas con la salud del fabricante, a desarrollar dentro de tres líneas: I+D aplicado a la salud, mejora nutricional de los productos y fomento de los hábitos saludables.
Es un tema de constante preocupación entre un gran sector de la población. El comer sano es parte de los objetivos que muchos se imponen constantemente, y hay varias formas de lograr que sea parte del día a día.
Ahora hay una manera de saber al menos qué alimentos sí o sí deben estar cuando queremos comer de mejor manera. Un estudio de la Universidad de Harvard enumeró los 5 alimentos más sanos del mundo y que deben ser tenidos en cuenta por niños y adultos a la hora de procurar una dieta sana.
La profesora adjunta del departamento de nutrición de Harvard T.H. Chan School of Public Health, Teresa Fung, explicó que estos cinco alimentos ofrecen el impacto nutricional en una dieta diaria y se deben comer todos los días, o al menos con la mayor frecuencia posible.
1. Salmón
Alto en proteínas y en ácidos grasos (Omega-3), por lo cual es bueno para el corazón, el cerebro y provee vitamina D.
Se recomienda consumirlo al menos una vez a la semana, debido a que contiene os aminoácidos esenciales para el organismo, al igual que buenas cantidades de magnesio, potasio, fósforo, sodio y yodo.
2. Coles de Bruselas
Un alimento que no tiene muchas calorías, pero rico en vitaminas A, C y K, potasio y ácido fólico, elementos antioxidantes que ayuda a prevenir el daño celular en el cuerpo.
Para entender su gran aporte, una taza de coles de Bruselas cocidas contiene menos de 56 calorías, pero está cargada con más del 240% de la cantidad diaria recomendada de vitamina K1 y casi 130% de los requerimientos de vitamina C. Son, además, una buena fuente de fibra, manganeso, potasio y vitamina B.
3. Arándanos
Son el rey del antioxidante y contienen grandes cantidades de vitaminas C y A, además de fibra que mejora el sistema digestivo.
Cada ración de 100 gramos de este alimento contiene 57,0 calorías, 0,7 g de proteínas, 14,5 g de carbohidratos y 0,3 g de grasa.
4. Yogurt
Este lácteo es la vía más sencilla para obtener probióticos, encargados de mantener las bacterias intestinales que favorecen numerosos procesos en el organismo. Además, contiene proteína, calcio, magnesio, vitamina B12 y ácidos grasos.
Eso sí, hay que tener precaución con los azúcares que las empresas le añaden a este producto. Lo mejor es yogur simple con una sana cantidad de probióticos.
5. Nueces
Estos frutos secos ofrecen una buena dosis de grasas sanas, proteínas y vitamina E. Incluso se puede variar con almendras o pistachos, pero no hay que excederse: un puño de la mano es el límite.
Contienen ácidos grasos omega 3 y omega 6, proteína vegetal, fibra, magnesio, fósforo y vitamina B6.
El aumento de la obesidad entre los niños está provocando la aparición a edades más tempranas de patologías que antes eran solo de adultos. Tal como ha ocurrido con la diabetes tipo 2, un fenómeno que preocupa a los especialistas en el mundo es el mayor número de consultas por hígado graso no alcohólico, cuya prevalencia la ubica ahora como la principal causa de enfermedad hepática a nivel pediátrico.
“Muchos padres saben que la obesidad puede llevar a la diabetes tipo 2 y a otros problemas metabólicos, pero hay mucha menos conciencia de que la obesidad, incluso en los niños pequeños, puede producir una enfermedad hepática grave”, advierte la doctora Jennifer Woo Baidal, investigadora de la U. de Columbia en Nueva York.
La preocupación pasa porque el hígado graso es una patología que a largo plazo puede llevar al desarrollo de cirrosis o cáncer hepático, precisa la especialista, quien presentó un estudio sobre el tema en la reciente ObesityWeek 2018, el mayor congreso internacional sobre obesidad, realizado en EE.UU.
Reversible
Esta patología, que no genera síntomas, se produce cuando en el hígado se acumula demasiada grasa, lo que provoca una inflamación que causa daño hepático. “Está altamente relacionada con la obesidad y, en especial, con el exceso de hidratos de carbono y de azúcares en la dieta, más que las grasas”, precisa el doctor José Landaeta, pediatra de la U. San Sebastián.
De hecho, se trata de un problema reversible si la persona baja de peso. “Por eso es importante que los niños se alimenten bien y sano, eliminando las bebidas azucaradas, los alimentos procesados y realizando actividad física. A diferencia de los adultos, en los niños hay tiempo de actuar”.
Un llamado importante si se considera que en el país el 25% de los preescolares ya tienen obesidad. A nivel global, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 41 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso u obesidad.
En un estudio realizado por la doctora Woo en 635 niños, se determinó que un diámetro de cintura de mayor tamaño a los tres años de edad eleva el riesgo de presentar un marcador de daño hepático -conocido como ALT- e hígado graso a los ocho años.
Alrededor del 35% de los niños obesos de 8 años tenían un ALT elevado, frente al 20% de los niños cuyo peso era normal. “Algunos médicos miden los niveles de ALT en los niños en riesgo a partir de los 10 años, pero nuestros hallazgos subrayan la importancia de actuar a una edad más temprana para prevenir el aumento excesivo de peso y la subsiguiente inflamación del hígado”, sugiere Woo.
“Necesitamos con urgencia unas mejores formas de evaluar, diagnosticar, prevenir y tratar esta enfermedad desde la niñez”, puntualizó la investigadora.
“Se muele el fruto del maqui, se deja como un polvo fino y se macera en etanol por 72 horas, más o menos”, cuenta Javier Mena, bioquímico y estudiante de doctorado en biotecnología de la Usach. En el Laboratorio de Inmunología de la Reproducción de esa universidad, así comienzan los experimentos para probar si estas bolitas de color violeta oscuro pueden combatir el cáncer de endometrio, la mucosa de la pared interna del útero. “Después diluimos ese extracto y vemos su efecto en las células. Probamos en distintas concentraciones”, explica Mena. Las células de cáncer que usan tienen su historia. El 14 de octubre de 1980, una mujer acudió al Hospital Universitario de Tsukuba, en Japón, con cáncer de endometrio. El tumor fue extirpado, pero las células se cultivaron y hasta hoy son la base de las investigaciones en todo el mundo. Se llaman Células Ishikawa. El trabajo de Javier Mena es microscópico. Con micropipetas, un instrumento de laboratorio utilizado para manejar pequeñas cantidades de líquidos, agrega dosis de este extracto de maqui a las células cancerígenas sobre placas de cultivo. “Trabajamos con volúmenes de 200 microlitros”, explica. Un microlitro es la millonésima parte de un litro. Luego, cada ciertas horas, compara los efectos del extracto de maqui con los que produce en el mismo tipo de células el paclitaxel, un fármaco que se usa en la quimioterapia de cáncer de endometrio. “A las 72 horas tienen efectos similares. Eliminan alrededor del 80 por ciento de las células cancerígenas”, explica. El extracto de maqui ayudaría a los tratamientos actuales de este tipo de cáncer. “Generalmente, después de unos meses con qumioterapia, se genera una resistencia en los pacientes: la quimioterapia ya no mata el cáncer. Lo que queremos es que no ocurra eso. Queremos hacerla más potente”, explica. Sin embargo, no descarta crear algún producto que ayude a prevenir esta enfermedad o a tratarla localizadamente. “Tenemos que ver si vamos a hacer un suplemento alimenticio, quizás, o algún dispositivo para aplicar directamente al tumor, como un anillo vaginal, probablemente”, explica. En todo caso, aún falta bastante para terminar los análisis en células. “El maqui se está utilizando mucho, no sólo como anticancerígeno, sino que también como antimicrobiano. Estudios anteriores han determinado que el maqui tiene un alto contenido de moléculas antioxidantes. También puede estimular la Vitamina C. Uno de los objetivos de nuestro laboratorio fue ver si podía tener actividad anticancerígena”, explica Pedro Orihuela, doctor en ciencias biológicas, director del Laboratorio de Inmunología de la Reproducción de la Usach y profesor guía de Javier Mena. Omar Nazzal, ex presidente de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, explica que el cáncer de endometrio afecta fundamentalmente a la mujer después de su menopausia. “Es el tercero más frecuente de los cánceres ginecológicos. Primero están el de mamas y el de cuello uterino. El de endometrio es un cáncer que mata a una mujer cada dos días en Chile”, cuenta. Sus factores de riesgo son obesidad o sobrepeso, hipertensión arterial y diabetes. “Si uno mira el perfil de la población en Chile, que está envejeciendo, que tiene sobre 70 por ciento sobrepeso y obesidad en las mujeres, es claramente un cáncer que va a ir en aumento”, cuenta.
Este importante estudio que muestra cómo nos comportamos los chilenos en alimentación, estilo de vid y actividad física, entre otros, este año el enfoque está centrado entregarnos una mirada hacia colaciones más saludables para los niños, debido al preocupante aumento de obesidad entre los escolares de nuestro país.
Parte importante de este estudio muestra además, la preocupación de los consumidores a nivel mundial para orientarse a una alimentación más saludable y libre de sellos, con ingredientes y aditivos más naturales.
Conoce el estudio Chile Saludable de Fundación Chile en el siguiente enlace:
En entrevista con el programa “El Agro” de Radio Agricultura, Ximena López y Angélica Fellenberg, directoras del Consorcio IFAN, destacaron el mayor interés por los alimentos con propiedades saludables y funcionales, el desafío de la industria para convertir a Chile en potencia mundial en alimentos y los proyectos que se están desarrollando a través de este consorcio en el que participan la academia y el mundo privado.
El aumento del consumo de alimentos saludables está creciendo rápido debido a las enfermedades crónicas no transmisibles: nos está haciendo cambiar la forma cómo nos alimentamos y es por ello que estamos haciendo conciencia para estar y sentirnos mejor. Somos lo que comemos.
Los desafíos de innovar, crear y producir alimentos con ingredientes funcionales es un tema que está en los objetivos principales de IFAN. “Que el alimento sea funcional significa que debe generar un aporte más allá de lo nutritivo, por ejemplo, que una fibra ayude a bajar el colesterol”, comenta Ximena López, Directora de IFAN. “La tendencia actual es incorporar los ingredientes que otorguen funcionalidad a los alimentos”, agrega.
“Esta tendencia significó limpiar muchos alimentos de ingredientes críticos, aquellos que no son buenos para la salud. Este es un punto de partida, introducir menos procesos a los alimentos y que tengan menos químicos”, comenta por su parte, María Angélica Fellenberg, Directora de IFAN. “Se hablan de alimentos con propiedades saludable o funcionales y desde ese punto de vista se debe utilizar un alimento que tenga como matriz que sea consumido por gran parte de la población. Tiene que tener un ingredientes que sí se ha demostrado que previene ciertas enfermedades”, agrega.
Para escuchar la entrevista completa y conocer los proyectos en los que está trabajando IFAN, acceder a:
https://www.radioagricultura.cl/podcasts/2018/10/27/el-agro-sabado-27-octubre-2018.html
De cada cien niños menores de cinco años en Chile, nueve tiene sobrepeso u obesidad. El país se ubica entre los peores lugares de las 26 naciones de América Latina y el Caribe evaluadas por la OMS en este rango de edad.
La mala noticia es que la obesidad infantil suele relacionarse con obesidad en la adultez. La buena noticia es que aún es tiempo para cambiar la forma de alimentarse. “Mientras más pequeño, más rápido aprenden a cambiar los hábitos. No es difícil que un niño tenga un peso adecuado si desde chico se le enseñan hábitos saludables”, dice la nutrióloga del Centro del Niño de la Clínica Alemana, Vivian Rybertt. A continuación, dos expertas en nutrición revelan cuáles son los errores más comunes que ven en sus consultas.
1.- Tener golosinas en la casa. Gratificar a los niños con comida sigue siendo un error común en Chile, dice la doctora Vivian Rybertt. Pero, además, reconoce que es cada vez más habitual que en las casas haya golosinas, bebidas, papas fritas y otros productos no saludables. “En la casa no debería haber estos productos, porque el niño cuando ve algo, lo quiere. No tiene la capacidad para saber qué es bueno o malo. La idea es que el niño se deshabitúe a ver estos alimentos y que, en cambio, se acostumbre a ver lácteos y frutas. Y si es que tiene sed, que tome agua, no bebida. Si solo ve botellas con agua se va a acostumbrar”. Las bebidas y las golosinas deberían estar reservadas para momentos especiales, como cumpleaños, asegura.
2.- Colaciones calóricas. Comprar alimentos envasados es la solución de la mayoría de los padres para la colación de sus hijos. “El problema es que suelen ser alimentos con alta densidad calórica”, dice la nutricionista infantil de la Clínica U. de los Andes, Carolina Estay. Y agrega: “La colación no es nutritiva, es social. Los niños no necesitan colación, por eso cuando están en la casa no es necesario darles ni leche ni yogur, ni nada a media mañana. Muchas mamás piensan que están acostumbrados porque la comen en el jardín, pero los fines de semana no es necesario”.
La doctora Rybertt coincide: “La colación debería ser solo para un recreo, no para cada recreo. Los recreos son para jugar, no para comer”. Mandarle un sándwich pequeño, fruta, lácteos, o barras de cereal, además de agua, son buenas ideas.
3.- Porciones grandes. Los niños preescolares no deben comer la misma cantidad que un adulto. Por eso, su porción debe corresponder al equivalente a medio plato, dice Estay. “Si uno le sirve el mismo plato de comida de un adulto, y espera que se lo coma todo, el niño se va a ir acostumbrando a comer más”. Si es que se sale a comer, la doctora Rybertt recomienda compartir un plato, porque las porciones ya son muy grandes.
4.- Todo light. Comprar solo productos light y por ello pensar que el niño puede comer indiscriminadamente es otro error. “Los niños no necesitan productos light . De hecho, antes de los dos años no se aconseja que coman productos con endulzante. El niño necesita comer azúcar, pero en una cantidad justa, y en un dulzor adecuado. Porque otro problema es que estos productos tienen muy acentuado el sabor de la azúcar”, dice Estay. Eso hace que se acostumbren a un sabor excesivamente dulce.
5.- Mal ejemplo. Es imposible que un niño coma frutas y verduras si sus padres no lo hacen. “Llevarlos a la feria, mostrarles cultivos, y hacer preparaciones sanas con ellos es clave”, dice Estay. Además, en la casa evitar la comida rápida y priorizar los platos caseros es clave. También es importante darse tiempo para comer en familia: así se conocen los hábitos de alimentación de los hijos y se pueden controlar las raciones.
Periodista: Amalia Torres.
Fuera de las exportaciones tradicionales de cátodos y concentrado de cobre, en los que Chile es número uno, hay otras 10 categorías en que la economía local lidera el mercado, y que totalizaron US$ 4.849 millones en 2016.
“Ha habido todo un proceso de apertura comercial a través de los tratados de libre comercio, el tema de la apertura sanitaria y finalmente toda la promoción comercial que hace ProChile”, sostiene Alejandro Buvinic, director de ProChile. Así, el país destaca como el mayor exportador de uvas, cerezas, arándanos, ciruelas, filetes de salmones frescos y congelados, mejillones, truchas congeladas enteras, erizos de mar ahumados y malta tostada.
En el caso de la cereza fresca, en 2007 Chile se ubicaba como el tercer mayor exportador de esta fruta a nivel global, con una cuota de exportación mundial de 15% , superado por EE.UU. y Turquía. Pero en 2016, Chile se posicionó como el mayor exportador de cerezas frescas, con envíos que superaron los US$ 800 millones y que justifican el 34% de las exportaciones mundiales.
“Las cerezas han tenido todo un trabajo de desarrollo con el Concurso Silvoagropecuario, pero también con el tema de lo que fue la marca sectorial en China, en donde pasamos a ser el primer exportador de cerezas del mundo. Hoy día somos el primer proveedor de frutas en China, reemplazando a EE.UU y Tailandia”, dice Buvinic.
En 2011 se creó la marca sectorial Patagonia Mussel, trabajo que ha permitido un exitoso proceso de exportación de mejillones. En 2016, se exportaron US$ 177 millones en mejillones. “Logramos convencer de que nuestro producto tiene un valor más alto que el chino, con atributos que lo hacen más rico. Está más controlada la producción, tiene un relato en términos de origen mucho más enriquecedor, entonces hizo que el consumo haya pasado de mil toneladas en esa época a cerca de 6 mil toneladas”, señala José Miguel Barros, director de Patagonia Mussel.
Hoy, el principal mercado importador de mejillones es EE.UU y Rusia; sin embargo, están analizando ingresar a México, Corea y Japón.
Otras categorías
En 2007, Chile estaba en el lugar número 18 de exportaciones de malta tostada, con US$ 0,6 millones. En 2016, con US$ 20,6 millones, Chile se posicionó en el primer lugar de exportaciones de malta tostada en el mundo. Maltexco se encarga de los envíos de la malta tostada, principalmente a Ecuador, Perú y Colombia. También exportan a Paraguay, México, EE.UU y Corea, principalmente de la mano del grupo SABMiller, fusionado hoy día con AB InBev.
“La evolución de la exportación ha ido creciendo tanto en destino como en tipo de producto. El segmento industrial ocupa una malta que a veces tiene menos diferenciación que la malta que usan los artesanales. Los artesanales buscan productos con algún grado de diferenciación. Son maltas especiales”, asegura José Luis Lavín, gerente comercial de Maltexco, donde ya proyectan iniciar envíos a Argentina, Bolivia, Costa Rica y Japón.